Translator

jueves, 29 de diciembre de 2011

UNA BREVE HISTORIA DE AMOR


EL MUÑECO DE NIEVE SE DERRITIÓ POR... AMOR (Es decir, por excesivo amor del sol)
Versión de Lebb
La chica aprendería en carne propia que las cosas por más bellas y placenteras que sean duran muy poco y jamás proporcionan la dicha completa

Cuenta una de las leyendas de Navidad que, una mañana, tan pronto dejó de nevar, los niños, sedientos de libertad y de acción, salieron explosivamente de sus casas a corretear y divertirse por los campos repletos de nieve, como era costumbre en aquellos países del Norte.
La mayoría de los chicos entonces se organizaron en pandillas, se asignaron territorios, se declararon la guerra y comenzaron lógicamente a bombardearse con sus improvisadas bolas de nieve que se estrellaban en el mejor de los casos, cuando la puntería así lo permitía, en la humanidad de los felices combatientes.
Otros chicos, por su parte, se aplicaron a reunir nieve no para fabricar proyectiles de guerra, sino más bien para construir casas, edificar castillos o diseñar muñecos gordos y curiosos a quienes le agregaban bufandas, gorros, chamizos, hasta escobas, para luego sentarse a observarlos admirados, o por el contrario, para hacer bromas y reírse de ellos. 
Precisamente entre aquellos amantes de la paz y la diversión serena, se encontraba la hija única del herrero, joven bella con algún recóndito talento de escultora quien, tomando con destreza puñados de nieve, se entregó a la tarea de moldear un muñeco excepcional, a imagen y semejanza del hermanito que siempre había deseado tener.
Salió entonces de sus manos creadoras un niño precioso, bien alimentado, redondo, con ojazos negros, (tenía dos carbones africanos), de nariz bien perfilada, (Claro, porque era de zanahoria perfecta); y con boca grande y sensual, (lógico, porque tenía un apasionado botón rojo). La pequeña se quedó entonces extasiada, contemplando su obra con amor fraterno nunca antes imaginado. Y tanto identificó al muñeco con su imaginario hermano que vino a convertirlo en su inseparable compañero durante los opacos días de aquel invierno: Le hablaba, le comentaba sus sueños, le narraba historias, le traía obsequios, lo mimaba y hasta quiso en sus oraciones que el Cielo, a semejanza de Pinocho, pudiera convertirlo en humano.
Pero pronto los días empezaron a ser más largos y los rayos de sol más cálidos... Y de resultas, el lindo muñeco comenzó a derretirse poco a poco, hasta quedar reducido a un pequeño charco donde se distinguía el botón sensual, los carbones y la zanahoria. Como es de imaginarse, la pobre chica, como si de verdad hubiera perdido un ser querido, quedó sumida en la peor de las tragedias.
Por fortuna, un abuelito, que andaba de plácemes porque el sol había comenzado a caldear la habitual frialdad de su vida, se le acercó y le dijo dulcemente: 
"Seca tus lágrimas, Bonita, porque acabas de recibir una gran lección: No debes poner tu corazón en cosas materiales que perecen. --Luego añadió-- Las cosas por más bellas y placenteras que sean duran muy poco y jamás proporcionan la dicha completa".
Termina diciendo la leyenda que la chica, con ayuda de sus manos, enjugó las lágrimas de sus ojos castaños y se reacomodó su cabello lacio mientras suspiraba hondamente. Yo creo que sí aprendió la lección, porque al día siguiente fue amable y generosa con el abuelo y había recobrado el ánimo de vivir y la belleza de la acción por los humanos de verdad. 

martes, 27 de diciembre de 2011

NAVIDAD ES OFRECER, ES DAR



Durante esta época navideña han abundado las sonrisas, los besos, los buenos deseos, el ambiente de paz y tranquilidad. Todo esto es para la mayoría de las personas los efectos del espíritu Navideño 


Seguramente para cada cual existe un evento o una experiencia que más adelante en el tiempo lo devolverá a esta Navidad del 2011.
Para la chica que ofrece en el último día de la Novena al recién nacido será un recuerdo indeleble, una escena que evocará orgullosa cuando sea "grande" o con cierto santo sonrojo cuando recuerde cómo se vestía de ángel cuando era chica, pura y santa. Para otros, algún regalo le hará volver los ojos, divertido y sonriente, a esta noche buena. Quizá alguno tenga que recordarla por haber conocido a alguien especial, por haber estado a bordo de un crucero bajo las estrellas, la noche de Belén. Para muchos probablemente no exista en el inventario de sus experiencias una que amerite rememorar la Navidad de este año. Pero, a mi manera de ver y de sentir, yo creo que los que mejor podrán recordarla felices, agradecidos y entusiasmados, serán aquellos que tuvieron la gracia de intensificar el amor por la familia, por los amigos, por el Dios de su Fe, mediante la oración, los dones, los abrazos, los besos. Sé de alguien, que no se cambia por nadie, debido a esto último: Un ser exclusivo, con aroma y encanto de Ángel, similar a los pregoneros del nacimiento de Jesús, le obsequió esa noche buena un excepcional beso en la mejilla. Según él, ha sido el mejor regalo de Navidad de los últimos años. 

sábado, 17 de diciembre de 2011

SOBRE EL LOBO SAMARITANO

La libertad de decir casi lo mismo, pero con algunos cambios que uno considera apropiados y conformes a su inventiva

En el texto que me sirvió de base para mi versión personal, no se habla de un lobo sino de una liebre. Y no se habla de “Samaritano”, sino de generoso. Por su semejanza con el célebre pasaje evangélico, decidí llamar el cuento, entonces, el lobo samaritano.
Aquí el primer cambio porque ¿cómo es posible que un vegetariano como la liebre, abajo en la cadena alimenticia,  se vuelva fácilmente predador para conseguirle carne fresca al tigre doliente? Además ¿cómo podría un minúsculo e indefenso animalito arriesgarse de esa manera al exponerse a una fiera  malgeniada y hambrienta? Preferí entonces cambiar de protagonista sustituyendo a la liebre por un lobo.
  Además, el conejito de por sí genera ternura y es muy fácil para el lector aceptar su papel lindo de salvador. Opté entonces por ese llamativo animal que por tradición actúa en las fábulas de astuto y malvado. La elección responde también al hecho de que es más probable que un carnívoro y cazador comprenda mejor la situación de un colega en necesidad.
  Por otra parte, en una versión se habla de un monje que adoctrina a su discípulo. Preferí un maestro de metodología informal para quien la experiencia personal enseña mejor que un discurso o una cátedra.
  La fábula original no incluye el segundo párrafo de mi composición. Eso lo he añadido de mi cosecha personal. Incluso en el Observador --ya hace algún tiempo-- publiqué una nota real al respecto en la casa de una estudiante donde se observó el fenómeno, que es algo muy repetido en el reino animal. Me gustó agregarle eso de que la perrita le pasaba la lengua al gatico enclenque por su cuerpecito sin que se asqueara ya que se le llenaba la boca de pelos. Eso significa sacrificio y una muestra mayor de amor materno.
 En el tercer párrafo ya el lobo aparece en la vivienda del tigre con carne fresca, recién sacrificada. Hago alusión con ese adjetivo a la solidaridad inmediata, fresca, no retardada.
  No se encuentran pruebas en el reino animal de criaturas que sigan rutinas de bondad como es el caso fabuloso de este relato. Pero es posible que se continúe una cadena de actos bondadosos con un mismo animal en estado de indefensión y menesteroso. Supongo que la perrita no lamerá a la gatica el primer día y ya el segundo día le clavará el colmillo. Llegará el día en que los papeles ya se vuelvan normales.
Adrede introduje la aclaración de que “el lobo depositaba parte de la cacería tenaz  cerca donde el felino desvalido podía devorarla”.  “Tenaz” y “cerca” describen la calidad y el esfuerzo de la cacería, por una parte; y la natural precaución de un animal ante otro que le genera “respeto”. Alusión tal vez al consejo evangélico de ser “prudentes como serpientes y sencillos como palomas”
   A la experiencia del discípulo que quiere engañar a la gente haciéndose el enfermo y desvalido para acaparar la atención de los transeúntes, le he añadido algunos elementos jocosos, como el de los “perros asesinos” (que no eran ni tan asesinos, porque apenas le dejaron marcas de dientes en sus glúteos); además, la natural depresión del joven discípulo por no recibir respuesta generosa de sus congéneres, de la misma forma que la recibieron los animales necesitados de la historia; y la actitud del mismo maestro que parece divertirse a expensas de la experiencia aparentemente negativa de su discípulo.
  Alguien podría poner en duda de que la gente viendo el simulacro de “Siervo doliente” del discípulo se mostrara indiferente, incapaz en absoluto de solidaridad, cuando vemos hoy día tantos avispados que explotan la ingenua caridad de sus prójimos en las calles, en los buses, como muestra de que la sociedad no es tan insensible como el texto original lo describe. Bueno. En ocasiones hay que exagerar un poco. Y no es raro, por lo demás, que un embustero o engañador, como en nuestro caso y como en el del pastorcito mentiroso, por ejemplo, caigan víctimas de sus propios inventos.
Les confieso, por último, que fue divertido despedazar y recomponer un cuento interesante que a muchos les puede disgustar por su carácter eminentemente moralista. Ese es el objetivo original de la historia. No me he desviado de las intenciones primitivas de su autor, al cual le agradecemos su creatividad. Seguramente en el futuro, cuando digiten en un buscador “lobo samaritano”, aparezca mi composición. Y a otro le parecerá fácil, despedazar y recomponer mi historia a su libre y antojadiza voluntad. Tiene permiso. Así como ustedes tienen permiso para simular que andan necesitados, sin amor y sin bienes, cuando en verdad andan en la opulencia.

jueves, 8 de diciembre de 2011

¡YA ESTÁ EN CIRCULACIÓN!



LA EDICIÓN QUINCE
DEL OBSERVADOR, 
LA ÚLTIMA DE LA TEMPORADA 2011


En la pasada clausura del año escolar del colegio Llano Grande de Girón, el miércoles 7 de diciembre, circuló exitosamente la publicación de InterLebprensa, el OBSERVADOR, correspondiente a su última entrega de esta temporada, la edición 15.


Agradecemos a los lectores, estudiantes, padres de familia, amigos, exalumnos, profesores, a quienes abren las páginas de InterLeb, así como a los blogs correspondientes, su atención, su amabilidad de leernos y apoyarnos.


Prometemos la inclusión de artículos y apuntes en el blog mientras pasa el descanso navideño. Y, para el año entrante, 2012, confiamos en que la publicación eleve significativamente sus registros de difusión a todo nivel.




domingo, 4 de diciembre de 2011

¿Sin ser correspondido se puede ser feliz?


Cuenta otra vez la misma leyenda del otro día, pero en otra versión, que una vez existió en una región cercana una especie de gurú del amor y del común entender de la vida, del cual quedaron algunas anécdotas como por ejemplo aquella, en víspera de terminar el año escolar, cuando el viejo maestro hizo tenazas con sus brazos par aprisionar a una tal Damariz (Por esta sola vez haré la excepción de apuntar nombres propios) mientras vociferaba a los circunstantes, imitando una subasta: "¿Quién DA MÁS?" Y él mismo se contestaba, diciendo: "¡Damariz, Da más!" Lógicamente en estudios, en aplicación y en encanto. (Para que no imaginen otras cosas pecaminosas).
Pero luego comenzaba a dar recomendaciones a sus discípulos que iban pasando a fin de que sus vacaciones fueran satisfactorias. Por ejemplo, a la recién formada pareja de novios del grupo mayor, cuya chica se llamaba Yurany les recomendaba que se amaran mucho pero  manteniendo quietas las manos y guardando distancias como entre los vehículos en movimiento: "¡Cuídense de las tentaciones –les aconsejaba– para que no les toque criar "yuranitos" antes de tiempo. Y con "yuranitos" se refería obviamente a los "chinitos" o niños, que definitivamente son lindos, pero a su tiempo y bien pocos.
A una chica muy paseandera de apellido  Valderrama de una finca al lado del colegio le sugería que no fuera a estar DE BALDE, porque la ociosidad siempre le coquetea a los vicios.
Al chico de más allá prendado de una tal Marey, a quien cada rato le confesaba: "¡Marey, me mareias, el corazón!" , le recomendaba que empleara a fondo las mejores técnicas de conquista, pero que tampoco fuera a volverse un desesperado, un compulsivo o un loco. El mundo, ciertamente necesita de la locura del amor, pero no de obsesivos que se enloquezcan y desesperen por amores imposibles o no correspondidos.
A otro que tenía la mente ida y el espíritu abatido porque la chica de sonrisa brillante, pasión de sus recuerdos, no se dejaba ver y lógicamente ni lo saludaba, lo animaba a entrenarse tanto en la técnica del  desenamoramiento como en la estrategia de amar todo lo bello, todo lo bueno y todo lo necesario que la vida generosamente nos ofrece en el mundo, incluyendo tantas personas amables.
Armando creo que se llamaba el chico. Y el maestro lo molestaba con el chiste telefónico de: "¿Está Armando?" Y al otro lado, el cómico le contestaba: "¡No, todavía no. Hasta ahora estoy leyendo las instrucciones!"
 Pero él, afanado y ansioso de los ojos acaramelados de la chica, le preguntaba al maestro con insistencia que si podría ser feliz sin su presencia y sin sus amores.
Ese gurú, consciente de que Armando se estaba realmente desarmando por dentro, le contó entonces la historia de aquel hombre que se fatigó mil veces en batallas perdidas aspirando al amor de una sola mujer, pero que al final, cansado y deshecho, sin tener una doncella propia que lo acariciara y le pegara los botones de su camisa, entre otras cosas entretenidas, entendió, por fin, que su salvación existencial la lograba solamente amando él, sin esperar correspondencia ni tampoco recompensa por hacerlo, amando el aire, amando las flores, el cosmos, el Dios misterioso, incluso amando los recuerdos suyos: "En eso radica la felicidad, puesto que amar es la vocación esencial del ser humano".