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miércoles, 29 de febrero de 2012

HUMOR BREVE


Un machista le comenta a otro, (Con mucha razón, por supuesto):
·  ¡A las mujeres no hay que pegarles... es inútil, ni así entienden!


·Un paciente muy sano, -mejor decir: zanahorio- le consulta a su médico:
  -Doctor, ¿lograré llegar a los noventa años? 
-¿Usted viaja? No. 
-¿Se divierte mucho? No. 
-¿sale con chicas? Tampoco. 
-¿Le gusta comer bien? No. 
-¿Lee y estudia demasiado? Menos. 
-¿Entonces para qué quiere llegar a los noventa?


· Aquella bacterióloga era tan antipática que cuando miraba por el microscopio, los microbios le sacaban la lengua.


· ¿De qué raza es su perro? -Es un perro policía. -¿Pero por qué no ladra? -Es que pertenece a la policía secreta.


· Me insultó diciéndome que yo era un caballo. -¿y tú qué hiciste? -Pues de la rabia relinché y le di una patada.


· ¿Cómo se siente Gustavo en la clase? -De maravilla, se siente como pez en el agua. -¿Y qué hace? -Pues Nada.


· En el manicomio: -Mire, aquél se volvió loco porque Leonor no quiso casarse con él. 
–¿y el otro loco?
-¡Pues, ya puedes suponer: Ese fue el desventurado que se casó con Leonor!

domingo, 19 de febrero de 2012

DIEZ REGLAS PARA SER UN BUEN NOVIO


Las chicas han establecido una especie de decálogo sobre los "deberes" del novio ideal. Deberíamos conocerlo y PRACTICARLO.

1. QUÉ SEA UN HOMBRE DE DETALLES
“No se olvida de las fechas importantes y tiene muchas delicadezas, como enviar flores, regalar chocolates y sus regalos son siempre muy personales y únicos”, afirma Natalia.
Fabiola complementa esto y dice: “Me encanta un hombre que te sorprende siempre, que te deja una nota en la billetera cuando te vas de viaje o te dedica una tarjeta  que diga "simplemente te amo”.

2. QUÉ SEA BUEN CONVERSADOR
“Es capaz de dialogar de manera interesante, de intercambiar ideas y está abierto a opiniones distintas; además escucha lo que una dice y lo retiene”, dice Florencia.
Ella añade: “Que se lleve muy bien con tu familia, que converse, bromee y hasta arme salidas con tu familia”.

3. QUE DEFIENDA LO SUYO
“No es posesivo ni te trata como objeto de su propiedad, pero deja en claro frente al resto que tú eres su pareja y que una no anda sola. Te protege siempre”, cuenta Susana.
Cecilia afirma: “Es capaz de irse a los puños por defender el honor de una, aunque siempre buscará primero una vía pacífica para resolver las situaciones”.

4. QUE MIRE Y ADMIRE, PERO SEA FIEL
“Es discreto al admirar la belleza de otras mujeres, es decir, no da vuelta la cabeza mirando a otra, no se queda pegado admirando a otra, no hace comentarios del tipo “Cómo está de buena esa mujer” delante tuyo, y menos en público”. Además me prefiere antes que a todas”  Confiesa Ruby.

5. QUÉ SEA PIROPERO CON UNO NO CON TONTAS QUE PASAN
“Te piropea cada cierto tiempo y te sorprende con alguna expresión creativa”, dice Cecilia, con lo que Florencia concuerda: “Siempre dice piropos a su novia: Que se viste linda, que tiene un corte de pelo lindo, que le encanta tú figura  etc”. Susana opina de manera similar:
“Siempre te encuentra bonita pero unos días es más efusivo en demostrarlo, lo que le da veracidad a sus comentarios. Claro que no se lo debe estar diciendo a tantas tontas que pasan.

6. QUE ESTÉ PENDIENTE DE TI, SEA DETALLISTA Y “BOTADO”
“Llama varias veces al día solamente porque te echa de menos o quería escuchar la voz de una”, señala Andrea, a lo que Florencia agrega: “Es importante que sea atento, que te llame durante el día para saber cómo estás y que te mande besitos para todo el día, que pague la cuenta del restaurante, que te abra la puerta del auto…”.

7. QUÉ SEA UN
CELOSO MODERADO
“Te cela un poco, pero en su justa medida, lo justo y necesario para sentir que a una la quieren con exclusividad, pero no con obsesión o paranoia”, dice Diana Milena. Con esto concuerda Yurley: “Te hace sentir que le importas y que te quiere para él, pero no te arma escándalos ni te achaca aventuras de amor con otro. Sabe que sí estás con él es por algo, pero no se muestra absolutamente confiado.

8. QUÉ SEA “SOCIO” COMPLACIENTE
Para Ligia es que “esté del lado de una y sea leal. Y en cualquier discusión, conflicto o mal entendido con otros, él te apoya y defiende”.
Sindy agrega: “Que sea cómplice en lo bueno, que guarde contigo secretos divertidos que nadie más sepa. Que comparta gustos, que forme equipo contigo, que te satisfaga los buenos caprichos”

9. QUÉ SEA HOMBRE Y  NIÑO A LA VEZ
“Tiene su lado de niño, que permite de vez en cuando tomar del pelo y hacer bromas sin que nadie se ponga bravo” dice Amparo.
Olivia indica: “Que sea divertido, no seriote y amargado, que ría, se mueva y baile” .
María Luisa añade: “Que no sienta que es ridículo jugar como niños o hacerse cosquillas, jugar a las escondidas y al “beso robado”.  El juego siempre puede llevar a algo mejor”.

10. QUE DEMUESTRE LO QUE SIENTE...
Mayra explica: “Que no sea callado, sino cariñoso y demostrativo y que no tenga miedo ni vergüenza de demostrar sus sentimientos en público, sin ser meloso tampoco”.
Mayerly por su parte agrega, “que sea romántico, que te diga cuánto te necesita y te ama. Y que le guste estar a solas contigo para hablar sólo de nosotros. Finalmente, que te reconozca el derecho a ser prioridad en su vida”.


LA TRAMPA ES PARA TODOS


 Cuando el ratoncito descubrió la trampa donde podría terminar trágicamente sus días, corrió espantado donde los amigos en busca de su apoyo moral y material: Uno tras otro, indiferentes, fueron sacándole el quite a su problema hasta que ––lamentablemente–– pasó lo que tenía que pasar...
Versión Lebb para el OBSERVADOR 16

Cuenta la fábula que un día un ratón, a través de la puerta de su madriguera, observó que los dueños de casa, un granjero y su esposa, habían recibido un paquete especial que contenía nada más ni nada menos que una sofisticada trampa para estrangular indeseables ratones.
Horrorizado hasta los huesos, corrió por toda la estancia, pálido de miedo en busca de sus amigos, gritando que con la presencia de aquel siniestro mecanismo en la casa, había llegado el fin del mundo. La primera en recibir la noticia fue la gallina en el corral, la cual se le quedó mirando con ojos prepotentes que parecían decirle:
––¡No exageres! Yo no veo que eso constituya para mí un gran problema. Para ti, tal vez. Pero, ese hecho de que los patrones hayan traído una trampa para ti, no representa para mí ninguna amenaza. Me resbala. Y ahora ––lo despachó de una–– piérdete porque tengo cosas que hacer ––y siguió picoteando los maíces del suelo.
El ratón entonces se fue donde el marranito y le comentó muy preocupado el asunto: ––¡Amigo mío, han traído una ratonera a la casa, ¿sabes lo que significa para nosotros?
–– ¿Para NOSOTROS? Eso es mucha gente ––se admiró el marranito–– ¿Y una ratonera? Por favor, ––le replicó el cerdo sin inmutarse lo  más mínimo" "–– Eso a mí no me desvela ni me asusta. Tú si deberías cuidarte el cuello. Y ahora ––lo apartó con una pata–– discúlpame, porque tengo que revolcarme un poquito en el barro. Me lo recetó la bonita veterinaria de la vereda.
Sin darse por vencido, el ratoncito fue donde el toro que pastaba felizmente junto al arroyo, y le contó también la noticia de la ratonera que habían comprado los dueños de la granja. Ante lo cual, el mamífero lo miró con esos ojos grandes y fríos, y mientras rumiaba las frescas yerbas, le replicó:
––Muuuy interesante tu problema, pero a mi no me toca. Me preocupan más las noticias sobre las fiestas bravas, la prohibición del toreo y esas cosas... ¡Tú sabes!  Así que te vas por donde viniste, porque no quiero ni puedo hacer nada con respecto a tu caso. –– Y, lo despachó de una.
Entonces el ratón, sin insistir más buscando otros amigos, volvió a su madriguera desanimado, desilusionado y, lógicamente, muy hambriento. La sola presencia de la trampa montada frente a su modesta residencia lo llenaba de estremecimiento y estrés. Resolvió además no salir en toda la noche para no exponerse al peligro.
De todas maneras sucedió algo espantoso esa noche. A la madrugada, se oyó un estruendo similar al de una ratonera cuando se dispara y ahorca con su gancho metálico a un roedor comilón. La mujer del granjero fue la primera en despertarse y movida por la curiosidad propia de su género salió corriendo para ver seguramente la agonía de la primera víctima. Para su mala suerte, la oscuridad no le permitió ver que allí no se hallaba ratón alguno, sino una serpiente venenosa medio enganchada a la trampa por su cola, la cual furiosa saltó en un segundo a los grandes muslos de la madrugadora a clavarle sus colmillos mortales.  Con los gritos de la mujer, acudió el granjero muy asustado y, tras darle garrote al reptil, la llevó rápidamente al hospital, donde para bien suyo lograron estabilizarle los signos vitales. Al regresar a casa, sin embargo, le continuó la fiebre y la debilidad, por lo cual el granjero, así como se lo había sugerido el médico, determinó prepararle caldo de gallina, de gallina bien alimentada con maíz. Entonces fue un verdugo, cogió la gallina,  le tiró el pescuezo e hicieron caldo para el desayuno y después sancocho para el almuerzo.
Con todo y eso, la mujer no se recuperaba de la picadura. En seguida, uno de sus consejeros le sugirió que también le dieran a la paciente carne frita de cerdo gordito. Y él, ni corto ni perezoso, mandó otro verdugo con un cuchillo a la marranera, donde estaba revolcándose el otro amigo del ratoncito. Y lo sacrificó, inmediatamente.
A pesar de tantos cuidados y ruegos, la mujer, al cabo de unos días, de todas maneras se murió. Y como el granjero era tan popular y apreciado por sus paisanos, vino muchísima gente al entierro y él tuvo que darle comida y hospedaje a toda esa muchedumbre. Para ese efecto, entonces, también llamó a uno de sus empleados para que llevara al matadero al toro cebado que ya no pudo, en consecuencia, seguir pastando feliz junto al arroyo.
Por su parte el ratoncito, seguía muy conmovido y triste los acontecimientos de la granja, sin poder hacer nada para evitarlos. Pero, para tranquilidad suya, porque no hay bien que por mal no venga, el hombre muy apenado y arrepentido por haber traído ese artefacto de tragedia ––o sea la ratonera–– ordenó que lo arrojaran a la basura y jamás volvieran a montar trampas en la casa. Esa noche, guardando el debido duelo por sus amigos que ya no estaban, salió campante a la despensa a llenar su barriga. Dicen que alguna vez escribió en sus memorias, al revisar aquellos tristes sucesos, que cuando a uno le hablen de problemas de otros y de peligros ajenos, sobre todo de los amigos, uno debería también preocuparse y hacer algo por ellos; porque “cuando hay una ratonera en la casa, ––así concluía–– toda sus moradores  corren peligro.”

domingo, 5 de febrero de 2012

¡VUELVE EL 
OBSERVADOR, 
EN SU TEMPORADA 
2012!


Ya nos cansaron las vacaciones y hemos decidido volver a ocuparnos en lo que realmente nos gusta e interesa...


Estarás con razón preocupado o preocupada porque hace ya un mes largo que no alimentamos este blog interlebprensa. De pronto las causas están en la abundancia de distracciones o en la presencia de otros virus que paralizan la actividad neuronal productiva. Pero creo que ya estamos superando eso.